¿Por qué una orquesta sinfónica necesita 8 contrabajos pero le sobra con un solo flautín y un solo triángulo?
Cuando en la Bell Telephone empezaron a medir las señales usando decibeles, se dieron cuenta de una cosa rara: el oído podía escuchar algunas frecuencias con más facilidad que otras, y esto hacía que fuera necesaria mucha más energía para amplificar algunas frecuencias. Y esto llevó a estos señores, Harvey Fletcher y Wilden Mundson, a diseñar un experimento muy famoso.
Agarraron un grupo de gente, les regalaban un sanguche y una coca, y les ponían unos auriculares con un tono de referencia de 1 kHz, y luego les pedían que ajustaran el nivel en decibeles de distintos tonos de distintas frecuencias hasta que ellos los percibían como del mismo volumen. Como no hay dos oídos iguales, las respuestas variaban, así que promediaron todo y con esa información dibujaron unas curvas a las que les pusieron “Curvas de nosotros dos”, o curvas de isofonía.
Las curvas de Fletcher-Mundson se leen así: Todas las intensidades de una misma curva se escuchan con el mismo volumen percibido. Es decir: 10 dB SPL a 1KHz producen el mismo volumen percibido que 60dB SPL a 45Hz y que 20dB SPL a 10KhZ. Pero no solo muestran que no escuchamos con la misma intensidad todas las frecuencias, sino que percibimos los sonidos de un modo más equilibrado a un volumen alto. Y por eso amiguitos: no hay que mezclar a un volumen muy alto para evitar la fatiga, pero tampoco muy bajo.


También muestran que somos capaces de escuchar incluso por debajo del 0dB SPL en la zona entre 1 y 6 KHz. Y este descubrimiento les moló un montón porque con esta información le ahorraron muchísimo dinero a sus patrones, que pudieron limitar el ancho de banda de audio de los teléfonos a las zonas de mayor rendimiento. Y es por eso que hoy los teléfonos suenan así, la radio AM sonaba así, y los megáfonos suenan así.
A partir de este descubrimiento se desarrollaron también las curvas de ajuste que normalmente se llaman ponderadas, o “Decibeles A, B y C”, De ahí también viene el botón de Loudness de los equipos HIFI, los decibeles LUFS, y otro montón de cosas que te voy a explicar en otra de estas.
Y también es la razón por la cual el triángulo que aparece ahí solito en el tercer movimiento del concierto en sol de Ravel es más inquietante y estridente que toda la fila de contrabajos y cellos que golpean debajo. Y que en La danza de la Tierra de La consagración de la primavera se puede escuchar claramente EL flautín (UN flautín) a pesar de que está toda la orquesta haciendo un quilombo tremendo.
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Aquí te dejo algunos enlaces que te pueden servir para ampliar sobre el tema:
http://www.mp3-tech.org/programmer/docs/IS-01Y-E.pdf
http://www.sengpielaudio.com/Fletcher-MunsonIsNotRobinson-Dadson.pdf
https://www.phys.unsw.edu.au/jw/hearing.html