¿Sirven las cajas de huevos para tratar acústicamente mi local?

En el tratamiento acústico detallado de un espacio buscamos absorción, para evitar una reverberancia muy larga que haga que todo sea una bola ininteligible, o el retumbo que provocan los modos propios de la sala; y difusión, para evitar que el rebote directo del sonido aumente los acoples y cause problemas de fase que cambie el espectro y el timbre de los sonidos.

Las cajas de huevo están hechas de cartón, que es un material blando y poroso, y por lo tanto son absorbentes acústicos. Pero además, tienen una supercie compuesta de pequeñas pirámides truncas unidas por semiesferas cóncavas que hacen que el sonido que no es absorbido tampoco se reeje como una supercie lisa, sino que se desvíe en varias direcciones, actuando como difusor. Entonces son la puta hostia!

Bueno, no, nada que ver.

Por una parte, la absorción de un material blando depende de su densidad y de su grosor. Y aunque el cartón podría llegar a ser un buen absorbente en un panel bien diseñado, el grosor de la caja de huevo, que es de apenas uno o dos milímetros hace que la absorción sea muy poca y en una banda de frecuencia muy acotada.

Por otra parte, es cierto que la geometría de la caja produce una cierta difusión del sonido, pero en un difusor acústico la geometría de los elementos que lo componen determinan las frecuencias que difunden y en qué dirección. Por eso, en los paneles difusores vas a ver elementos que, oh sorpresa, ni son todos iguales, para lograr un difusión lo más diversa posible, ni sus variaciones de forma y tamaño son al azar sino que se diseñan con ecuaciones bien tochas. Y como en las cajas de huevos toda la supercie va repitiendo las misma estructura, la difusión será bastante cutre.

Por lo tanto, como muestran unas mediciones que hicieron unos yankis, que se ve que ese día tenían tiempo libre, si llenas tu sala de cajas de huevo, vas a lograr atenuar algunas frecuencias alrededor de 700Hz, en donde están las fundamentales de muchos de los instrumentos solistas, y las frecuencias por encima de 3Kh, que es en donde están las componentes que hacen inteligible la voz humana y el brillo de los instrumentos. Pero no vas a evitar ni la bola de graves del bajo, ni el barro de las guitarras eléctricas, ni los acoples en los micrófonos de voces. Y mucho menos las quejas de los vecinos.

Entonces, a los músicos ¿las cajas de huevos no nos sirven para nada? No, hay una cosa para la que son perfectas.
Para guardar huevos.

¿Son caros los paneles acústicos?

Hay muchos tipos y calidades de paneles acústicos, pero los más utilizados en cualquier estudio o local de ensayo son los paneles planos absorbentes.

Los paneles absorbentes son básicamente planchas de un material blando y poroso. La eciencia del panel depende del material, del grosor de la plancha y de la instalación.

Cuando vas a comprar paneles acústicos por ahí, en general te vas a encontrar con este tipo de planchas de espuma, que además suelen tener una supercie ondulada que parece un difusor, pero en realidad no difunde nada. Es una forma de que el panel parezca más grueso sin serlo. Estos paneles, no es que no valgan para nada, pero la verdad es que valen para poco. Los baratos son demasiado finos y por lo tanto solo atenúan algunas frecuencias altas, lo cual empeora notablemente la acústica de la sala. Y los buenos suelen ser demasiado caros.

Para no fundirte comprando paneles, lo mejor es fabricarlos tú mismo. Con un poco de entusiasmo y un par de herramientas de carpintería, puedes fabricar paneles eficientes que no tienen nada que envidiarle a productos de alta gama. Incluso si tuvieras que comprar las herramientas te saldría bastante más barato que forrar tu local con paneles comerciales de buena calidad. Un panel de un metro cuadrado y 10 cm de grosor te puede costar 30 o 40 € si lo fabricas tú, y hasta 200€ si los compras en una tienda online.

Todos los paneles que tenemos en la Cafetera los fabricamos nosotros, con la técnica de marco de madera, bastidor, fondo de terciado y tela en el frente. Incluso utilizamos el sofá y una biblioteca de Ikea como estructura para unas trampas de graves en la sala de control.

Hala. A liarse la manta a la cabeza, como decimos en Aragón.

Enlaces útiles:

Paneles DIY 1

Paneles DIY 2

Paneles DIY 3