Qué es un decibel?

Para empezar, un decibel no es una unidad, es una transformación matemática. Una unidad física es una cantidad de referencia de una determinada magnitud. Es una cantidad que no cambia. Un kilo pesa lo mismo que cualquier otro kilo de cualquier cosa, y un metro de cualquier cosa tiene la misma longitud que cualquier otra cosa uqe mida un metro. Con el decibel no pasa eso.

Concretamente, el decibel es 10 veces el logaritmo de la división entre la cantidad que medimos y una cantidad fija de referencia. Esta fórmula tiene algunas propiedades que son útiles para trabajar con señales de muchos tipos, y por eso las usamos (con leves variaciones) para medir presión sonora, pero también voltaje, potencia eléctrica, etc.

La matemática de esta fórmula tiene algunas consecuencias interesantes. Para empezar, un logaritmo es positivo cuando su argumento es mayor que 1 y negativo cuando es menor que 1. Entonces, 0 dB no significa que no hay señal, sino que la señal es igual a la señal de referencia.

Por eso, en presión sonora, los decibeles siempre son positivos, porque la referencia es la mínima presión de aire que puede percibir el oído humano. Y en audio, suelen ser negativos porque la referencia es la máxima señal eléctrica antes de la saturación del circuito o variable.

Por ser logarítimica, además, la escala del decibel crece rápido al inicio y más lento después, y cada vez que duplicas la señal, la escala aumenta en solo 3dB (aproximadamente). Entonces, un mosquito cerca del oído genera más o menos 3 dB, y dos mosquitos generan 6dB. Ahora bien, un cohete Falcon 9 genera 200 dB en la plataforma, pero dos cohetes solo llegarían a 203 dB, no a 400, que además sería una presión tan grosera sobre los átomos del aire que generaría una explosión nuclear.

Lo extraño es que la energía que se necesita para pasar de 200 a 203 decibeles es 10 triillones de veces mayor que la que se necesita para pasar de 6 a 7 db.  

¿Por qué usamos esta escala? Porque nuestro oído detecta diferencias de volumen no en valores absolutos, sino en términos de proporciones. Normalmente no detectamos cambios de volumen de menos de 1 dB, sea este decibel adiciona producido por un cohete acelerando o por un mosquito acercándose. Por eso también, en mezcla los ajustes menores a 2 dB suelen ser imperceptibles y por lo tanto inútiles, y un ampli de 100w no suena muuuucho más fuerte que uno de 30w.

Si te interesa el tema, aquí abajo te dejamos algunos enlaces que te pueden gustar.

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¿Sirven las cajas de huevos para tratar acústicamente mi local?

En el tratamiento acústico detallado de un espacio buscamos absorción, para evitar una reverberancia muy larga que haga que todo sea una bola ininteligible, o el retumbo que provocan los modos propios de la sala; y difusión, para evitar que el rebote directo del sonido aumente los acoples y cause problemas de fase que cambie el espectro y el timbre de los sonidos.

Las cajas de huevo están hechas de cartón, que es un material blando y poroso, y por lo tanto son absorbentes acústicos. Pero además, tienen una supercie compuesta de pequeñas pirámides truncas unidas por semiesferas cóncavas que hacen que el sonido que no es absorbido tampoco se reeje como una supercie lisa, sino que se desvíe en varias direcciones, actuando como difusor. Entonces son la puta hostia!

Bueno, no, nada que ver.

Por una parte, la absorción de un material blando depende de su densidad y de su grosor. Y aunque el cartón podría llegar a ser un buen absorbente en un panel bien diseñado, el grosor de la caja de huevo, que es de apenas uno o dos milímetros hace que la absorción sea muy poca y en una banda de frecuencia muy acotada.

Por otra parte, es cierto que la geometría de la caja produce una cierta difusión del sonido, pero en un difusor acústico la geometría de los elementos que lo componen determinan las frecuencias que difunden y en qué dirección. Por eso, en los paneles difusores vas a ver elementos que, oh sorpresa, ni son todos iguales, para lograr un difusión lo más diversa posible, ni sus variaciones de forma y tamaño son al azar sino que se diseñan con ecuaciones bien tochas. Y como en las cajas de huevos toda la supercie va repitiendo las misma estructura, la difusión será bastante cutre.

Por lo tanto, como muestran unas mediciones que hicieron unos yankis, que se ve que ese día tenían tiempo libre, si llenas tu sala de cajas de huevo, vas a lograr atenuar algunas frecuencias alrededor de 700Hz, en donde están las fundamentales de muchos de los instrumentos solistas, y las frecuencias por encima de 3Kh, que es en donde están las componentes que hacen inteligible la voz humana y el brillo de los instrumentos. Pero no vas a evitar ni la bola de graves del bajo, ni el barro de las guitarras eléctricas, ni los acoples en los micrófonos de voces. Y mucho menos las quejas de los vecinos.

Entonces, a los músicos ¿las cajas de huevos no nos sirven para nada? No, hay una cosa para la que son perfectas.
Para guardar huevos.

¿Son caros los paneles acústicos?

Hay muchos tipos y calidades de paneles acústicos, pero los más utilizados en cualquier estudio o local de ensayo son los paneles planos absorbentes.

Los paneles absorbentes son básicamente planchas de un material blando y poroso. La eciencia del panel depende del material, del grosor de la plancha y de la instalación.

Cuando vas a comprar paneles acústicos por ahí, en general te vas a encontrar con este tipo de planchas de espuma, que además suelen tener una supercie ondulada que parece un difusor, pero en realidad no difunde nada. Es una forma de que el panel parezca más grueso sin serlo. Estos paneles, no es que no valgan para nada, pero la verdad es que valen para poco. Los baratos son demasiado finos y por lo tanto solo atenúan algunas frecuencias altas, lo cual empeora notablemente la acústica de la sala. Y los buenos suelen ser demasiado caros.

Para no fundirte comprando paneles, lo mejor es fabricarlos tú mismo. Con un poco de entusiasmo y un par de herramientas de carpintería, puedes fabricar paneles eficientes que no tienen nada que envidiarle a productos de alta gama. Incluso si tuvieras que comprar las herramientas te saldría bastante más barato que forrar tu local con paneles comerciales de buena calidad. Un panel de un metro cuadrado y 10 cm de grosor te puede costar 30 o 40 € si lo fabricas tú, y hasta 200€ si los compras en una tienda online.

Todos los paneles que tenemos en la Cafetera los fabricamos nosotros, con la técnica de marco de madera, bastidor, fondo de terciado y tela en el frente. Incluso utilizamos el sofá y una biblioteca de Ikea como estructura para unas trampas de graves en la sala de control.

Hala. A liarse la manta a la cabeza, como decimos en Aragón.

Enlaces útiles:

Paneles DIY 1

Paneles DIY 2

Paneles DIY 3

¿Cuántos paneles tengo que poner para que mi local suene bien?

Si quieres mejorar cómo suena tu local o home studio te interesan básicamente dos cosas: la reverberancia y los modos propios o modos resonantes de la sala.

La reverberancia se puede tratar fácilmente paneles acústicos, que se fabrican con materiales absorbentes como lana de roca o espuma, y cuando más gruesos sean, más ecientes serán para frecuencias medias y graves. Normalmente, unos cuantos paneles caseros de 10 o 15 cm son sucientes

Los modos propios, que son las resonancias de la sala que provocan retumbos y facilitan acoples en determinadas frecuencias, que en general se encuentran en la parte baja del espectro, son otro problema. Muchas veces, se pueden tratar sin mucha dicultad con “trampas de graves”, que son grandes absorbentes de amplio espectro que se colocan en las esquinas y los vértices. Pero hay algunos casos en que la cosa no es tan fácil:

  • En salas muy grandes, los modos propios son frecuencias tan bajas que exigen trampas gigantes que son poco prácticas.
  • En salas muy pequeñas, los modos resonantes corresponden a frecuencias tan altas que si se atenúan con las trampas absorbentes normales, que son de amplio espectro de frecuencias, pueden dejarte con un sonido más desequilibrado aún.

En estos casos son necesarias unas cosas que se llaman “paneles resonantes” que se construyen para cada frecuencia que se quiere atenuar y son más caros, aunque pueden ser más o menos baratos si te las haces tú. Y en todos los casos es importante realizar mediciones y cálculos, que parecen un marronazo, pero al nal te van a ahorrar tiempo y dinero, y te van a dar una seguridad en lo que estás haciendo que vas a agradecer.

Enlaces útiles:

Cálculo de modos propios

¿Tratar acústicamente tu estudio o sala de ensayo es caro o es barato?

Depende: una cosa es acustizar y otra es aislar.

La acústica de una sala es cómo se comporta el sonido dentro de la sala. Acustizando lo que buscas es mejorar tu experiencia dentro del espacio. Podemos modicar la acústica de la sala con un montón de medios baratos como paneles acústicos caseros, y a veces ni siquiera hace falta, porque un sofá viejo, una biblioteca, un suelo de madera, ya hacen que muchos sitios cotidianos sean adecuados para tocar e incluso grabar música sin ningún tratamiento especial. O sea, si lo haces con inteligencia, ¡es BARATO!

Otra cosa es aislar. Eso es lo que necesitamos cuando nos gusta tocar fuerte pero no queremos molestar a los vecinos. Para eso, no hay caja de huevo ni panel absorbente comprado en Alemania que te valga. Lo que hay que hacer es lograr que no haya ningún camino por el cual al sonido le resulte fácil entrar o escaparse, y eso implica paredes doble o triples, cámaras de aire, puertas especiales, suelos y techos otantes, y cosas así. O, si tienes suerte, una casa rural, nave industrial, chalet o gallinero que no tenga paredes ni fundaciones en común con nadie más.

Un mal aislamiento es el problema por el cual muchos bares y discotecas terminan cerrando cuando tienen problemas de ruidos con el ayuntamiento, porque modicar las propiedades de transmisión de sonido de un espacio que no fue diseñado para estar aislado desde el comienzo es como intentar que un colador no pierda agua tapando los agujeritos con los dedos (CARO).

Entonces, el tratamiento acústico es caro o es barato?
Acustizar es entre barato y muy barato. Aislar es entre caro e imposible. Síguenos para más malas noticias.

Nota: Aquí utilizamos el término «acustizar» que en rigor no está en el diccionario de la RAE, y como decimos en ARagón, es «un palabro». Es decir una palabra un poco inventada o de jerga. En Argentina (de donde yo vengo, hola , soy Nico) esa palabra se usasiempre, y en el resto de Latinoamérica también. Aquí se usa el término «insonorizar», pero en rigor tampoco es correcto, porque insonorizar es, efectivamente, aislar, y este artículo/reel trata justamente de la diferencia entre insonorizar (aislar) y tratar la respuesta acústica de la sala para una mejor experiencia dentro de la sala. A esto último, en Latinoamérica le llamamos «acustizar» y no parece haber una palabra propia correcta en España. Porque «insonorizar» no es, ya te explique, coño. Y «tratar», así, solo, pues es cierto que se usa, pero no es muy especíco. Hala. Eso.